Es un templo de grandes dimensiones con bellos ábsides, en los que se conjugan diversos gustos artísticos. Se empezó a construir a finales del siglo XII, por lo que responde a un estilo de transición del románico al gótico, constituyendo su interior un magnífico ejemplo de lo que ha venido a denominarse como tardorrománico o protogótico de tradición cisterciense, se culmina la torre campanario, con diseño de Alonso de Tolosa, en 1585. El templo es un conjunto de tres naves separadas por pilares octogonales. La central se cubre con bóveda de arista con crucería apuntada con cimborrio y una bella linterna, otorgando a la nave de culto una iluminación interior natural que resalta su belleza.
La arquitectura monumental de esta iglesia y, en especial, la riqueza artística que atesora en su interior la convierte en uno de los conjuntos monumentales más importantes de la región, con tallas de gran calidad e importancia, obra de artistas como Gregorio Fernández o Diego de Siloé, donde cabe destacar el conjunto que constituye su altar mayor, formado por un magnífico retablo mayor de estilo hispano-flamenco, una original sillería de coro y el panteón de los condes de Buendía.